Herrumbradas persianas
recortan una verdad incierta
entre sus hendijas de plata
oxido y luz
desamparo y rumbo.
Tal vez un dialecto de agua
un idioma olvidado
que nombra otros mundos
donde diluidas acuarelas
dibujan espectros,
y besos de sal
robados a los desiertos del alma.
Siempre hambrienta la noche
que lame la pregunta eterna
siempre alerta
bajo la húmeda corteza
donde la vida insiste.
Beatriz Fernández Vila
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