martes, 30 de abril de 2013

LOCAS


Viejas
inquietas
obstinadas y locas.
Locas como sólo se puede ser loca
cuando se surge del dolor.
Paridas por la vida de sus hijos.
En llagas como una herida abierta.

Tal vez fueron formadas para lavar pañales
para la alegría del primer diente
y el abecedario temprano.
Para la tostada humeante
y las escarchadas mañanas de escuela.
Para el padecimiento de la primera tardanza de los hijos
o el café reparador en las prolongadas noches de exámenes
Para el postre preferido
o la camisa planchada.
Nunca para esto.
Nunca preparadas para trastocar
el desgarro en pasión
el dolor en triunfo
las lágrimas en victoria.
A esto las lanzaron
la valentía de sus hijos
que no se merecían
otras madres sino estas.
A esto las empujaron
La esperanza de un mundo mejor.
Viejas
valientes
obstinadas
y locas.
pisando esa plaza como ayer
Viejas locas
Pariendo eternamente
Locas a destajo, sin pausas, ni reservas
convicción a raudales
alumbrando un nuevo amor.
                                     
                                                         Beatriz Fernández Vila