Pudiste ser cosechero
Tarefero o hachador
Hombre sabio
que pierde la mirada tras los pájaros
para acortar la distancia de sus sueños
Y hunde sus pies
en la urdimbre del agua
para hallar el sustento
Sudor mineral bajando en jangada
en la corteza húmeda del árbol derribado
Manos callosas ojos de abá
Pero otro
mandato signó tu sangre
silencio sonoro de selva y esteros
cresta dorada que corona el río
de piel litoral
tumultuosa entraña de ausencia y encuentros
raíz que susurra su canto ancestral
Sin embargo,
otro mandato te forjó palmera y fruto
sol ardiente
cresta dorada que corona el río
de piel litoral
silencio sonoro de selva y esteros
raíz que susurra
en la tumultuosa entraña de la tierra
anchos cielos de ausencia y encuentros
que desde el milenario sonido de tu sangre
me regala la magia de tu canto ancestral.
Beatriz Fernández Vila
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