lunes, 2 de agosto de 2010

YO NO PROPUSE ESTA MUERTE


Desde el comienzo de la lid
te mostré quién es el amo,
chorreó mi cuerpo negro
sudor de sangre,
y en la arena caliente
reverberó mi tiempo de becerro.
tibieza de leche
pastizales tiernos.

Mientras desmayaba,
aguijoneando tu arrogancia
alcancé a ver las luces de tu traje.
Más fuerte que mi bramido
bramaba la plaza,
y al caer te vi erguido
parado en tus dos patas.

Tu razón superior a la mía
te dictaba esa barbarie.

Y al incorporarme,
en medio de mi agonía,
a mitad de mi muerte
tu cuerpo se clavó en mi frente,
te abrí un tajo bravo
y te quité la vida.

               Beatriz Fernández Vila