lunes, 28 de enero de 2019

ENCUENTRO


Ella por el corralito, y él porque hacía tiempo que no comía, se encontraron en una calle bulliciosa, plena de cacerolas y bocinazos. Y porque “qué barbaridad” y “ya no se puede más”, hicieron esas cuadras de manifestación como si se conocieran desde siempre.

Y más adelante una cámara de televisión la enfocaba, y ella vomitó su bronca. El se quedó fascinado por esa mujercita que había brotado del asfalto y ahora decía con solvencia todo lo que él quería gritar.

Se tomaron de las manos para marchar encadenados y dejar afuera a los violentos. Cantaban el himno y lloraban, como todos los demás.

Sin saber cómo se desencontraron en la plaza, y presintieron que algo peor les podía suceder, no verse más, por ejemplo.

Cuando volvieron a encontrarse, los dos vibraron de emoción. Y por si las dudas, o por si las broncas, ella le abrió sus sábanas tibias, y él se quedó para siempre.

Beatriz Fernández Vila

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