A pesar de todo,
yo ejercitaba la amapola
de mi canto.
Pero tu destino de barca
surcó la oscura bruma
de herrumbre y silencios
intentando todos los olvidos.
yo ejercitaba la amapola
de mi canto.
Pero tu destino de barca
surcó la oscura bruma
de herrumbre y silencios
intentando todos los olvidos.
Más tarde
cuando la cesta de pan y peces
estalló en luciérnagas
tu orilla volvió a rozar la mía
pero sólo me crucé con tu fantasma.
Beatriz Fernández Vila
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